Es el cómo miras…
ese todo, tu compañía
porque hundido en tu sonrisa
vuelo y pierdo;
mi estabilidad, hasta el decoro
y en nuestras pláticas sin freno,
aturdido por el brillo de tus ojos,
y los espacios que adornas…
Perplejo, en esa atmósfera peligrosa,
atado en lo temprano de estas cosas
reprocho el destiempo, lo absurdo
y la ausencia de una lógica
Mas me dejo llevar por la fuerza silenciosa
tuya y mía
esa, esta, que compartida nos atrae
que dice y conversa sueños
que maliciosa invita
respiros cercanos, mudas tardes
corazones y sus rezos
ansiosa piel de manos
y que envuelta en lo incierto de nuestras ataduras
obliga a alzarme en irreverencias
por lo hondo e incomprensible de esta historia