Devenires

Andaba mi soledad, divagando,
llevando el tiempo a ninguna parte,
paseando mis huesos doloridos,
convalecientes de mi última torpeza.
Tú, atrapada en una comparsa de ilusiones rotas,
de medios regalos, de caricias y palabras que, casi dulces,
arrancaban a la fuerza la ilusión de los perfumes de tu boca.

Mis cicatrices y yo, entretanto,
deambulando, cabildantes,
procurábamos la redención,
la medicina de los traumas merecidos.
Tú apresurada en tus labores,
en el aula donde existes,
o en el escenario donde habitas,
buscando justa la medida a tu entrega.

Yo, concentrado en cien preguntas,
figurando sus respuestas,
agitando mi pañuelo,
a las hadas del aire y las estrellas.
Para ti la adversidad no importaba,
que para eso la vida es bella,
y si una oscuridad te encierra,
para eso eres luz, eres sentido, eres certeza.

Y si nos conocimos a este destiempo,
y si extática mi mente solo te piensa,
y si este embrujo nos cubre de pies a cabeza,
¿creeríamos que de nuevo todo comienza?

Siente estos devenires, que a ambos se nos expresan,
las veredas que sus historias cuentan…
Si el destino nunca hubiera sabido lo que hacía,
tampoco hubiese provocado que estuviésemos hoy tan cerca.

Víctor Raúl Ordóñez

@vrordonez
@poemario

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