Soy inventor de sueños de palabras,
materializo sentimientos en tinta,
para que sean burbuja, alimento o medicina.
Transpiro una armonía licenciosa, basta,
exploradora de sonidos, de intimidades,
no adorno lugares, no es mi oficio,
excede mis alcances,
mas bien respondo con versos a las dudas de mi amada.
Hago que un poema le hable,
que musite caricias incoloras y sin forma;
que transporte al amor, pronto amor a su regazo.
Soy escribano de esperanzas
profeta de la armonía y el caos,
de la paz, del sosiego, del acierto y yerro.
Caminante, alpinista desconcentrado,
terco, ferviente creyente de su adoración.
Que busca, que siempre anda buscando,
en el futuro esperanzas, amores en el pasado.
El que se pregunta a diario,
¿Pero cómo decir?, ¿cómo decirlo de singular manera?
—Te amo—,
esa, siempre esa es la gran pregunta.