Estoy en ti
tú en mí
nosotros en el lecho
conociéndonos a besos.
Tu mapa de lunares
define de tu cuerpo la silueta
mi boca, exploradora
prueba los lugares que encuentra
suave piel, su néctar.
Mis manos,
—que no son quietas—
van conociéndote también
del cuello a los tobillos
al derecho, al envés
y vuelvo a comenzarte otra vez.
Abrazo tu cintura
me acerco más
cálido tu cuerpo
mientras tu rostro dice
extasiado en cobalto y rosa
sin abrir los ojos
que me llama
que toda te entregas
que a partir de esta mañana
son mías
las delicadezas que encierra
tu fascinante intimidad.