Recuerdo,
me hacías sentir mariposas.
Cuando estabas cerca
el aire se enrarecía
espeso
por los aromas de tu piel
y al sonar de tus tacones
el corazón se me agitaba
de gozo y anhelo
Mariposas casi ingrávidas
que me trasladaban
al amplio valle del amor
donde me tiraba
a observarlas,
solo de contento
Mariposas en mi mesa
viéndote
comer y sonriendo.
Brillando la mirada
con tu sonrisa
invitándolas a todas
ellas
las mariposas
a hacerme feliz