Arrogante e insolente mestizo
el arte de conquistar
precisa más de un camino
¿Qué has de querer hallar?
¡Cargando esa talega contigo!
Si esa libertad ni es tuya
ni tuyo el aciago destino
¿Hubiste de equivocarte así
para haberlo entendido?
Arrastrando lo que fuere
ímpetu de toro y carnero
muriendo en la última embestida
al espejismo de tu utopía
tus creencias a ultranza,
y estupidez característica,
moribundo aún esperas
un segundo de recapitulación
de tu inclemente adversaria…
Sí los argumentos de la razón
eran tan evidentes y diáfanos
¿Cómo entonces una quimera
vino y te obnubiló la carne
te persuadió la vista
durmió con tu mente
y te arrebató el alma?
… Te apuntaló la coyuntura
y deshizo la entraña
No quiero tenerte más fe mestizo
pues esa, tu rapidez
turba mi apatía y mi hastío
enrarece mi oxígeno…
—aunque entonces— ¿Qué de mí sería?
sumido en total calma
sin el dolor de los golpes
que a la cara e hígado recibes
al paso de tu veloz carrera
cuando te apresuras por la vida