Sí que te quiero, a pesar de todo
no te olvido
ni dejo de sentir este aire falto de esencia
porque ya no estás.
Extraño tu estela al pasar
—el aire que has respirado—
cuando arrugabas la nariz, sonriendo
invitándome a eso…
Extraño las improvisaciones
tus inocentes mentiras
—cuando estas eran así—
Serás un agua no bebida
un hogar abandonado
sin enamorados
sin besos,
solamente gaviotas traviesas,
juguetonas, atrevidas e inconscientes,
que huyen frágiles a otra sal
Serás música que me acompañe,
chispa de las nuevas alegrías de la piel
será entonces tu voz musitando,
lo que en su momento tanto me dio,
miel y contento.
Podrás ya no ser mía, ¿qué he de hacer?
aunque no sé qué tanto, siempre yo seré de ti.